El Milan llega a esta final con una racha positiva de cuatro victorias y una derrota en sus últimos cinco partidos, demostrando una notable continuidad ofensiva, ya que en todos esos encuentros logró marcar goles, independientemente de la calidad del rival. En su último encuentro, contra el Bologna, se impuso por 3-1, reflejando su capacidad ofensiva sostenida y efectiva. A pesar de algunos momentos de irregularidad defensiva, la solidez en ataque ha sido clave para los "Rossoneri", ya que jugadores importantes en la faceta ofensiva han mantenido su nivel y siguen siendo determinantes para el equipo. Esto ha permitido al Milan mantenerse competitivo, con una producción de goles constante que ha compensado las dificultades defensivas, lo que los coloca como favoritos para la final.
El Bologna, aunque llega a esta cita después de una derrota en su último partido, ha tenido una campaña competitiva y sólida en general. En sus últimos cinco encuentros, el equipo ha logrado dos victorias, dos empates y solo una caída, mostrando una buena capacidad para mantenerse en la pelea. En cuatro de esos cinco partidos, el Bologna logró marcar, lo que resalta su capacidad ofensiva, incluso en su enfrentamiento más reciente ante el Milan, donde anotaron a pesar de la derrota. Esta capacidad de generar peligro, incluso frente a defensas más fuertes, demuestra que los "Rossoblú" tienen las herramientas necesarias para crear ocasiones de gol. Además, el equipo ha mostrado una gran solidez para mantenerse en los partidos, respondiendo rápidamente cuando se ve en desventaja, lo que refleja su resiliencia y capacidad para competir hasta el último minuto.
