Ambos equipos llegan a este enfrentamiento con campañas bastante parecidas y numerosas razones para mantener viva la ilusión de alcanzar la gloria. Real España, dirigido por Jeaustin Campos, concluyó la fase regular en el segundo lugar de la tabla con 35 puntos, demostrando una consistencia notable a lo largo del torneo. Su pase a la final no fue sencillo; enfrentaron a Motagua en una semifinal cargada de emoción y tensión. A pesar de haber perdido 1-0 en el partido de ida como visitantes, los Aurinegros mostraron una reacción ejemplar en su casa, donde lograron revertir la serie con un triunfo 2-0 que se selló en los últimos instantes del encuentro, gracias a un gol agónico de César Romero al minuto 95, un momento heroico que quedará grabado en la memoria de sus seguidores y que les permitió soñar con el título.
Por su parte, Olimpia se posicionó como líder de la fase regular gracias a una mejor diferencia de goles (+16 frente a +12), sumando los mismos 35 puntos que su rival. Bajo la dirección de Eduardo Espinel, el equipo mostró un desempeño sólido y contundente en las semifinales frente a Victoria. Lograron una valiosa victoria de 2-0 en el partido de ida como visitantes, que sentó las bases para su clasificación. En el encuentro de vuelta, Olimpia reafirmó su supremacía en casa, remontando un marcador adverso para imponerse 2-1 y sellar su pase a la final. Los goles decisivos llegaron de la mano de Jorge Benguché y Yustin Arboleda, quienes se encargaron de sentenciar la serie y darle al equipo una inyección de confianza de cara al duelo definitivo, donde buscarán confirmar su condición de favorito y coronar un torneo exitoso.
