Tottenham llega a la última jornada de la Premier League atravesando una de sus temporadas más decepcionantes en la era reciente, ubicado apenas por encima de la zona de descenso gracias al bajo rendimiento de otros equipos más que por méritos propios. Con 37 partidos disputados, el conjunto londinense apenas ha logrado 11 victorias, acumulando 21 derrotas y exhibiendo una de las defensas más vulnerables del campeonato al haber recibido 61 goles en contra. Lejos de la lucha por puestos europeos y sin objetivos concretos en esta recta final, el equipo deberá afrontar el cierre del torneo con la responsabilidad de ofrecer una actuación decorosa ante su afición, en medio de un clima que exige cambios profundos de cara al futuro.
Manchester United afronta el cierre de la temporada inmerso en una profunda crisis deportiva, con números que reflejan uno de los peores desempeños del club en la era Premier League. A tan solo un punto por encima del Tottenham en la tabla, los “Red Devils” han ganado apenas 10 de los 37 partidos disputados, mientras que sufrieron 18 derrotas, una estadística alarmante para un club de su envergadura. En ataque, el equipo mostró una preocupante ineficacia, registrando apenas 42 goles a favor, lo que equivale a poco más de un tanto por encuentro. A esto se suma una fragilidad defensiva marcada por los 54 goles encajados, dejando claro que ni en la generación ofensiva ni en la contención encontraron respuestas. Esta campaña, lejos de las expectativas y con una plantilla que no rindió a la altura, obliga a una reestructuración urgente de cara al próximo curso.
