El conjunto capitalino dio un importante paso hacia su objetivo al imponerse por 0-1 como visitante en el compromiso de ida, disputado el pasado jueves. Aunque el resultado fue ajustado en el marcador, en el desarrollo del juego lograron mostrar solidez defensiva, madurez táctica y control emocional para manejar un escenario adverso. Este triunfo fuera de casa no solo les permite encarar la vuelta con una ligera ventaja, sino que también refuerza la confianza del equipo y del cuerpo técnico, conscientes de que aún resta un partido crucial. A pesar de que el marcador no asegura nada, el gol de visitante y el hecho de mantener su arco en cero representan aspectos clave que podrían marcar la diferencia en el desenlace de la serie. Con un pie más cerca de alcanzar la ansiada final, el plantel trabaja enfocado en mantener la concentración, pulir detalles y hacer valer su localía en el choque de vuelta.
Sin embargo, el conjunto morazánico representa un rival sumamente incómodo y peligroso, especialmente cuando actúa como local. Ya en el partido de ida dejaron claro que pueden complicar a cualquiera con su intensidad, presión alta y juego directo. Conscientes de que esta es su última oportunidad para seguir en carrera, los dirigidos por su cuerpo técnico no se guardarán absolutamente nada. Saben que no hay margen para especular y que solo un resultado positivo les permitirá soñar con la clasificación. Bajo esa premisa, se espera un equipo volcado al ataque desde el inicio, buscando imponer condiciones, arriesgando y apelando al carácter. No tienen nada que perder y eso los convierte en un oponente aún más peligroso, dispuesto a romper pronósticos y dejarlo todo sobre el terreno de juego.