Parma encara su próximo compromiso en la Serie A con la urgencia de reencontrarse con el triunfo, luego de una dolorosa derrota por 2-1 ante Empoli que profundizó su complicada situación en la tabla. La necesidad de sumar puntos es apremiante para un equipo que, pese a mostrar destellos de buen juego en ciertos tramos del campeonato, no ha logrado encontrar regularidad ni contundencia en sus actuaciones. En las 36 jornadas disputadas hasta ahora, el conjunto parmesano apenas ha conseguido seis victorias, lo que refleja las dificultades que ha enfrentado tanto en defensa como en ataque, con 41 goles marcados frente a 56 recibidos. Esta situación obliga al equipo a mostrar carácter y ambición, sobre todo jugando en casa, donde necesita hacerse fuerte para cerrar la temporada con una imagen más competitiva. La presión aumenta a medida que se acerca el final del torneo, y Parma sabe que una reacción inmediata es vital para evitar complicaciones mayores.
Por su parte, Nápoles afronta este nuevo compromiso en la Serie A con la intención de volver a la senda del triunfo, tras un empate 2-2 frente a Génova que dejó sensaciones encontradas en el vestuario. Aunque lograron rescatar un punto, el equipo es consciente de que necesita mayor consistencia para cerrar la temporada con fuerza. A lo largo del torneo, los napolitanos han demostrado ser uno de los equipos más sólidos del campeonato, con 23 victorias en 36 jornadas, 57 goles a favor y apenas 27 en contra, cifras que reflejan su buen rendimiento tanto en ataque como en defensa. Con estos antecedentes, Nápoles llega con el objetivo claro de sumar de a tres y mantener su posición privilegiada en la tabla, apelando a su calidad colectiva y la experiencia de un plantel que ha sabido resolver partidos clave a lo largo de la campaña.